
Si alguna vez has tenido que tomar una decisión importante, sobre todo si te ha supuesto asumir algún tipo de riesgo personal o económico, es posible que te hayas acabado preguntando si elegiste el camino correcto, o si por el contrario te equivocaste y debiste haber tomado la otra opción.
Al fin y al cabo, cualquier posibilidad que optamos por no explorar permanece siendo una incógnita en nuestra mente; una incógnita que puede prometer mucho pero que nunca sabremos adónde nos llevará, lo que aviva nuestra curiosidad y nos intriga.
Por el contrario, independientemente de lo emocionante que pueda parecer explorar un nuevo camino, una vez que superamos la novedad y pasamos por una fase de adaptación, acabamos normalizándolo e integrándolo en nuestra rutina diaria, lo que hace que pierda gran parte de su interés, deje de sorprendernos como al principio y vuelva a despertar el gusanillo de lo que pudo haber sido y no fue.
Entonces, ¿cómo saber si verdaderamente estamos en el camino correcto?
La paciencia es la madre de la ciencia – un tópico que sigue siendo cierto
En primer lugar, el hecho de que te hayas parado a pensar y que te estés haciendo esta pregunta, es una señal de que no aceptas las cosas tal y como son y que estás dispuesto a conseguir lo que quieres.
Sin embargo, el gran problema de tomar una decisión importante, es que a menudo los resultados no pueden verse a corto plazo, sino que sólo pueden comprobarse conforme va pasando el tiempo.
¿Has plantado alguna vez una semilla y esperado con ilusión a ver qué pasa? Si lo has hecho, sabrás que aunque hayas seguido todos los pasos necesarios al pie de la letra, aún tendrás que esperar unas semanas para ver si verdaderamente brota o no. Y algunos meses hasta que la planta crezca y pueda dar flores.
Para la mayoría de nosotros, tener que esperar a menudo nos supone un problema; sobre todo hoy en día que estamos acostumbrados a tener todas las respuestas que necesitamos de forma inmediata. Parece que lo de “la paciencia es la madre de la ciencia” ha quedado obsoleto y ha pasado a ser algo que nos recuerdan nuestros abuelos cuando nos ven nerviosos y que no tiene cabida en nuestro mundo actual.
Pero como no podemos acelerar el tiempo, a veces no nos queda más remedio que confiar en que la decisión que tomamos fue la adecuada y aprender a disfrutar del camino elegido mientras esperamos a que los resultados lleguen.
Además, no tener resultados positivos no siempre es una mala señal. Hace poco oí una conferencia de un profesor de la Universidad de Maryland, en la que hablaba sobre emprendimiento, sobre los riesgos que un empresario toma y sobre cómo testear ideas innovadoras y en su discurso para motivar a nuevos posibles emprendedores dijo:
“Cuando se va a empezar un negocio, es prácticamente imposible demostrar que una idea es buena. Se puede demostrar fácilmente que muchas ideas no son buenas, porque son las que los clientes acaban rechazando por algún motivo. Pero si estás empezando con tu negocio y quieres probar una nueva idea, la única forma de darte cuenta de si estás en el camino correcto es esperar a ver si alguien puede demostrarte que estás equivocado. No te preocupes que si te equivocas, más bien temprano que tarde te acabarás dando cuenta, pero si has acertado este momento nunca llegará.”
Del mismo modo, si te sientes cómodo contigo mismo, si estás contento en tu día a día y si estás dando pequeños pasos con los que te sientes bien y que hasta ahora no has podido comprobar que fueron erróneos, es muy posible que estés en buen camino y que sólo te quede coger carrerilla y dar pasos más grandes, para ver resultados mayores.
¿Y si los resultados no llegan nunca?
Si alguna vez te haces esta pregunta, recuerda la conversación que Alicia tuvo con el gato de Cheshire, mientras intentaba buscar la salida del País de las Maravillas:
- ¿Me podrías indicar hacia donde tengo que ir desde aquí? – pregunta Alicia
- Eso depende de adónde quieras llegar – responde el gato
- No me importa demasiado adónde, siempre que llegue a alguna parte.
- Entonces da igual hacia dónde vayas. Siempre llegarás a alguna parte, si caminas lo bastante
Si bien es cierto que tras un cambio importante siempre hay que tener paciencia y esperar a ver los resultados, a menudo nos pasamos meses o incluso años sin atrevernos a dar ningún paso, dejándonos llevar por las circunstancias y acallando nuestra voz interior, que de vez en cuando nos manda mensajes que nos confunden.
En mi opinión, si crees que no obtienes lo resultados que esperabas, normalmente se suele deber a uno de los siguientes motivos:
- Como Alicia, realmente no sabes hacia dónde te diriges y lo que quieres alcanzar y por eso no puedes reconocer si verdaderamente estás teniendo buenos resultados o no
- Sabes lo que quieres pero no has definido unos objetivos realistas que te permitan alcanzar tus metas y las decisiones que has ido tomando no han sido lo suficientemente arriesgadas
Aprendiendo a reconocer las señales durante la espera
Aunque obligues a tu mente a dejar de cuestionarse una y otra vez las mismas preguntas e intentes tener paciencia, una forma de darte cuenta de si estás en el camino correcto o no, es aprendiendo a reconocer las señales que tu cuerpo te manda.
Por ejemplo, es bastante probable que te hayas desviado de tu camino personal y que necesites tomar algunas medidas si:
- tienes dolores inexplicables en el cuerpo, tics nerviosos o malestar en general sin ningún motivo en concreto
- a menudo estás irritable o sientes ganas de llorar sin motivo aparente, en particular después de venir del trabajo
- no te sientes identificado con lo que haces día a día, ya sea en el trabajo o en el tiempo libre y sientes que no has sido tú quien ha elegido estas cosas
- aunque las semanas se te hacen eternas, cuando miras atrás sientes que los últimos meses han pasado muy rápido sin que te haya dado tiempo a hacer nada que merezca realmente la pena
Por el contrario, es probable que vayas por buen camino, aunque aún no tengas resultados concretos si:
- estás normalmente de buen humor y te sientes bien contigo mismo
- te sientes muy involucrado en lo que haces día a día; se te pasan las horas voladas mientras trabajas o mientras haces tus hobbies
- Sientes orgullo en contarle a los demás lo que haces y no tienes vergüenza de decir las cosas que te gustan
- No tienes un miedo excesivo al fracaso; has aprendido a relativizar tus problemas y aceptas que los fracasos son necesarios para aprender
¿Crees que te encuentras en el primer grupo?
¡Pues te animo a que te arriesgues a darle un giro a tu vida y empieces a hacerte cargo de las cosas que tienes que cambiar!
No hay sueño tan arraigado ni con tanto peso que pueda ganar en una balanza cargada de miedos y de posibles cosas que pueden salir mal.
Es imposible.
Por eso se necesita valentía y fe en que todo saldrá bien.
¿Y cómo saber si la decisión que tomamos fue buena?
No podemos. Como decía el profesor en su vídeo, nunca sabremos con certeza si estamos o no en el camino correcto; sólo podemos esperar que nada ni nada pueda demostrarnos que nos hemos equivocado.
Me ha encantado el post de esta semana!
Yo también soy de las que siempre que tomo una decisión me pregunto si habré hecho bien… no sé, supongo que es una inseguridad que siempre queda dentro e intentar reafirmarte dándole muchas vueltas. A ver si aprendo yo también a tener más paciencia, que por ahora sigo siendo un matojo de nervios.
Un abrazo y sigue así!
Muchas gracias Alejandra,
la paciencia es algo que nos falta a todos, al menos en mi caso también me cuesta asumir que hay que ser paciente. Un abrazo!
Es muy interesante, tanto que estoy pensando en mandarlo a alguien que se encuentra en esa
disyuntiva .
Admire la fuerza interior y elvalor de todos los jóvenes que como tu tomais estos
caminos tan dificiles….ánimo! El mundo es vuestro
Me alegra que te haya parecido interesante; si piensas que puede servirle a alguien no dudes en mandárselo, que para eso precisamente está el Blog 😉
Un abrazo!
Hola:
Me gusto mucho el articulo, esta con muchos acertijos para explorarse hacia nuestro interior, la frase que rescatas del profesor es muy elocuente, «no existe el camino equivocado ni acertado» solo es una decision. Me quedo grabado .
Gracias
gracias por el cosejo,soy una persona muy impaciente,a veces espero sin. ver los resultados y solo es cuestion de tiempo para que todo valla encajando.hasta el momento no me he arepentido de ninguna de mis desiciones pero si es verdad que despues de tomarlas me cuestiono mucho si he tomado la desicion correcta