
Diciembre es el mes perfecto para pararse un rato a reflexionar sobre las cosas más importantes que han pasado durante el año y sobre las que se quieren cambiar de cara al año siguiente. Los días son cortos y pasan rápido, las noches son largas y la oscuridad, el frío y la lluvia invitan a quedarse en casa más de lo habitual.
Este último fin de semana antes de que empiecen las vacaciones de Navidad voy a hacer mi balance de fin de año para 2015 y la verdad es que estoy bastante emocionada y tengo muchas expectativas.
Por primera vez en muchos años, he decidido tomarme todo el fin de semana para meditar y he preparado un programa de todas las actividades que quiero hacer para poder sacarle el máximo partido posible. Hasta ahora siempre que he fijado mis objetivos de cada año, ha sido en “ratos que he ido sacando” y aunque siempre he tenido resultados, este año tengo ganas de profundizar más y de crear una especie de rutina de revisión que me sirva también para los próximos años.
Así que he preparado una agenda para el fin de semana que incluye temas sobre los que quiero reflexionar, con preguntas muy concretas sobre mi proyecto de vida y sobre lo que quiero alcanzar en 2016, algunas películas y vídeos que llevo tiempo queriendo ver, fragmentos de libros, paseos y algo de deporte.
Como ya me voy conociendo, sé que me resulta imposible estar concentrada en una misma cosa durante más de 2 o 3 horas sin acabar dispersándome y tirando por la borda cualquier planificación. Así que esta vez he querido anticiparme distribuyéndome muy bien el tiempo entre la reflexión y otras muchas cosas que suelo querer hacer el fin de semana.
A lo largo de mi vida he ido a muchos retiros de meditación; en algunos no se podía hablar, en otros no se podía usar el móvil o aparatos electrónicos, en otros había menús veganos y muy ligeros. El objetivo principal de todos ellos consiste en que limites las distracciones y puedas concentrarte más fácilmente para poder escuchar tus pensamientos más profundos. Sin embargo, al menos por este año no estoy segura de tener la suficiente fuerza de voluntad para cumplir nada de esto, así que sólo me he puesto dos restricciones: dejar el móvil apagado durante las reflexiones y no perder el tiempo en ningún pozo temporal. Quiero que me cunda mucho el tiempo para pensar, pasear, leer y estar con gente que aprecio.
¿Y por qué te cuento todo esto?
La verdad es que normalmente no escribiría algo tan personal en el Blog, pero estas últimas semanas, cuando he comentado con algunos amigos lo que tenía planeado para este fin de semana, en lugar de mirarme como si estuviera loca – la reacción que esperaba – ha habido mucha gente a la que le ha parecido muy buena idea y se ha interesado en saber cómo tenía pensado hacerlo.
Resulta que hay más gente de lo que parece a la que le gusta hacer balance de fin de año y que siente curiosidad en saber cómo lo hacen otras personas. Así que como de todos modos tenía pensado escribir un artículo la semana que viene con mi balance, he añadido esta introducción por si tú también tienes curiosidad.
Piensa que aún estamos a mitad de Diciembre y que todavía tienes tiempo para hacer tu propio retiro, aunque sea en versión light y empezar el año con la cabeza más despejada y las metas más claras.
Tu balance personal cada año
En primer lugar lo más importante es que sepas que no se trata de los típicos “propósitos de año nuevo”, que decides un día después de tener una idea espontánea y que se mantienen sólo mientras suenan las campanadas.
Hacer una revisión anual va más allá; puede ayudarte a reconocer patrones negativos que has ido siguiendo sin darte cuenta a lo largo del año, pensar con mayor claridad sobre cambios que deseas hacer pero que hasta ahora no te has atrevido, darte cuenta si estás actuando conforme a lo que piensas o te estás dejando llevar por las circunstancias, valorar tus logros y por qué se han dado éstos y muchas cosas más.
Hay muchas formas de hacerla; desde dedicarle algunos minutos a pensar en los grandes eventos del año a darle vueltas durante varios días a los detalles más minuciosos de tus próximos pasos.
En mi caso, yo esta vez le voy a dedicar un fin de semana y para ello voy a centrarme en tres bloques:
Bloque 1: Repaso del año – ¿cómo he llegado hasta aquí?
En primer lugar, me gusta empezar pensando las cosas que han ido bien a lo largo del año y las que no han ido tan bien. Las que han ido bien, porque me gusta volver a recordarlas, alegrarme de nuevo y comprobar que voy teniendo resultados. Y las que han ido mal, porque me gusta recordarlas desde otra perspectiva, entender por qué han pasado y cómo puedo aprender de ellas.
Cada cierto tiempo, hago un árbol de decisiones, pero como el último lo hice sólo hace algunos meses, este año lo voy a omitir.
Bloque 2: ¿hacia dónde me dirijo? ¿qué es lo que quiero alcanzar?
En este bloque me hago las preguntas que más me han estado rondando en los últimos meses sobre mis próximos pasos y me hago preguntas que me permitan definir lo que quiero alcanzar el año siguiente (y de forma más ligera, reviso lo que quiero alcanzar a largo plazo).
Este año le he dedicado algún tiempo a pensar las preguntas que quiero hacerme y quiero considerar todos los aspectos posibles: desde mi trayectoria laboral hasta el Blog, pasando por las relaciones personales y algunos proyectos privados.
Bloque 3: preparando el camino
Para el Domingo me he reservado esta actividad, donde quiero pensar una estrategia para:
- Objetivos de formación de 2016. ¿En qué temas quiero formarme? ¿Cuánto tiempo y dinero voy a dedicar a formación en 2016?
- Finanzas – ¿Cuánto quiero ahorrar? ¿Cuánto quiero invertir en proyectos privados? ¿cuánto quiero donar?
- Objetivos generales – ¿qué puedo hacer este año que me acerque a lo que he definido en el Bloque 2?
Por último y para que me sirva como asentamiento de todo lo que haya pensado hasta ese momento, quiero hacer un ejercicio que leí en un libro y que me parece mágico. Se trata de imaginar que ya ha pasado un año y escribirle una carta a un amigo o familiar, donde le cuentas todas tus novedades y todo lo que has conseguido desde la última vez que hablasteis.
Sé que parece un poco absurdo.
Yo lo encontré en un libro hace unos seis meses y decidí darle una oportunidad sin estar convencida del todo. Después lo archivé en una carpeta con otros papeles y me olvidé de su existencia. Sin embargo hace unas semanas mientras ordenaba mis cosas lo volví a encontrar y me pareció increíble: ¡la mayor parte de las cosas que había escrito se habían cumplido! Desde personas que he conocido hasta el tipo de trabajo y ambiente en el que me muevo ahora.
Así que he pensado en volver a hacerlo cuando acabe mi revisión, volver a guardarlo en mi carpeta como la otra vez y esperar a ver si dentro de unos meses me vuelve a sorprender. No puede hacer daño, ¿no?
La semana que viene pondré algunas conclusiones y compartiré si este nuevo formato me ha ayudado como esperaba o no.
¿Qué te parece, te he convencido para que le dediques un rato a hacer tu propio balance de fin de año?
Siempre viene bien pensar sobre como han ido las cosas e intentar aprender de los errores del año.
Aunque hace años que he dejado de ponerme propósitos de año nuevo, porque a quien vamos a engañar, nunca los cumplo, sí que sigo haciendo un balance de fin de año.
No se me había ocurrido hacerlo con tanto detalle, puede que intente sacar un día antes de navidad y siga tus consejos
¡Eso mismo! No se trata de ponerse metas complicadas y esperar conseguirlas en un mes o sino abandonar, sino de pensar bien lo que se ha vivido en el año y qué se quiere/puede cambiar para el siguiente.
Pues si te animas a hacerlo te espero la semana que viene para que nos comentes qué tal ha ido.
Yo de este año no pasa, a ver si lo hago yo también y para la semana que viene también puedo comentar mis resultados.
¿Vas a escribir un post sobre eso?
Sí que tengo pensado escribir un post la semana que viene con los resultados, pero aún no sé cuando! te espero por aquí para que nos comentes qué te ha parecido la experiencia 🙂
Un proyecto es un haz de luz y de ilusiones, Siempre me lo he planteado como un cultivo, o sea, meditar las bases que son indispensables para alcanzar el fruto óptimo, conocer a fondo lo que desea cultivarse, buscar un terreno propicio y cualquiera que sea el resultado aceptarlo con buen talante. Una persona sin proyectos por miedo a los resultados es una persona gris, esa mezcla tonal que no llega a ser color.
Muchas gracias por tu comentario María,
yo también creo que es importante tener proyectos personales, sino acabamos dejándonos llevar como autómatas, sin saber lo que queremos ni hacia dónde nos dirigimos. Y para que un proyecto personal tenga sentido, hay que hacerle un seguimiento de vez en cuándo, y en mi opinión no hay nada como Diciembre para esto.
Un abrazo!
Yo casi todos los años hago un resumen, últimamente todos los años seguidos, desde hace unos 5 o 6, no me acuerdo muy bien. Este lo haré en vídeo. Creo que las cosas positivas hay que recordarlas y las negativas a veces también. Viene bien para repetirlas o mejorarlas según cómo haya ido el año.
Buen post.
Un saludo
Hola Patricia,
Nunca se me había ocurrido hacerlo en vídeo, la verdad es que es una forma super original! :).
Si vas a publicarlo en algún Blog o algo o si te animas a compartirlo, estaría bien echarle un vistazo (si no es demasiado personal, claro). Podría inspirar a muchas personas que aún no sepan por dónde empezar.
Un abrazo!