Si te encuentras en un trabajo que no te apasiona, donde no puedes dar rienda suelta a tu creatividad o a tus talentos o donde no sientes que estés cumpliendo tus objetivos personales, es probable que más de una vez te hayas hecho las siguientes preguntas:
¿Cómo he acabado haciendo un trabajo que no me identifica?
¿En qué momento tomé la decisión de dejarme llevar hasta aquí?
Comprender el motivo de las decisiones que has ido tomando a lo largo de tu vida, incluso de las decisiones que no tomaste conscientemente y que otros tomaron por ti, así como descubrir los momentos en los que te dejaste llevar por alguna circunstancia concreta, puede ayudarte a que te conozcas mejor a ti mismo y analices si estás siendo consecuente con tu forma de ver la vida.
De este modo, si descubres que te has dejado llevar por criterios ajenos a ti en las decisiones importantes que has tomado hasta ahora y que te han llevado hasta un punto en el que no estás satisfecho, tienes la posibilidad de cambiar de rumbo y volver a un camino que se alinee con tus valores personales.
En otras ocasiones, es posible que con el paso de los años hayamos madurado y nuestros valores personales hayan evolucionado. De este modo, aunque en su momento evaluaras cuidadosamente todos los aspectos antes de tomar una decisión, con el tiempo puede que hayas olvidado por qué decidiste dejarte influenciar por ellos y no recuerdes que, en otros momentos de la vida, veías las cosas de otra manera.
Y ya sabemos que la persona que olvida su historia, está condenada a repetirla.
Imagina que Pablo está pensando desde hace algún tiempo en cambiar de trabajo y de ciudad y uno de sus mayores deseos y el principal motivo por el que le gustaría cambiar su trabajo actual, es mudarse a una ciudad que le permita practicar más a menudo su hobby favorito: el surf. Sin embargo, siempre que Pablo consulta posibles ofertas de trabajo que pudieran interesarle, se acaba dejando llevar por puestos que ofrecen un mejor sueldo y se olvida de prestarle tanta atención, como inicialmente era su objetivo, a sus ciudades favoritas para practicar surf, que casualmente nunca aparecen destacadas en el rango de los trabajos mejores pagados.
Tras un tiempo, y aunque Pablo ha esperado varios meses para cambiar de trabajo y poder elegir lo que más le convenga, no se decide a mandar su curriculum a ninguno de los puestos que estaban en ciudades con costa por el bajo sueldo de entrada que ofrecían y acaba aceptando un trabajo en una ciudad sin playa, pero con muy buenas condiciones y posponiendo su sueño de surfear más a menudo. Se convence de que, gracias al buen sueldo que le pagarán, podrá permitirse ir a surfear en verano a los mejores sitios y hacer escapadas de fines de semana a playas cercanas.
Pero con las prisas de la vida, al final Pablo acaba yendo a surfear sólo un par de veces al año.
¿Crees que pasados unos meses en su nuevo empleo, Pablo se alegrará por haber elegido renunciar a su sueño y ganar unos cuantos euros más a final de mes?
Es posible que con el tiempo, Pablo olvide que le encantaba surfear. Pero también puede que, pasados unos años y una vez metido de lleno en su nuevo trabajo, mire atrás y se pregunte ¿cómo es posible que haya acabado aquí, si lo que a mí me gustaba más que nada, era surfear al salir del trabajo? ¿En qué momento tomé la decisión de abandonar mi hobby favorito?
Y no recuerde que él mismo, en su búsqueda de empleo, no valoró la ciudad con mar por encima del salario.
El Mapa de elecciones personales
Roman Krznaric en su libro How to find fulfilling work, propone un ejercicio muy sencillo para meditar sobre los pasos importantes de tu vida y descubrir qué valoraste en cada momento por encima de todo lo demás.
De este modo, es posible que te des cuenta de que siempre has elegido los puestos mejor pagados para poder permitirte vacaciones en paraísos exóticos. O que hayas preferido hacer trabajos que se identifiquen más con tu visión del mundo, rechazando los puestos que no se alineen con tus valores. También es posible que hayas cambiado a menudo de ciudad y de trabajo porque te guste enfrentarte continuamente a nuevos retos y no puedes permanecer demasiado tiempo en un sitio.
Sea lo que sea lo que haya motivado tus elecciones, es posible descubrir una tendencia haciendo un Mapa de elecciones personales. Para ello, sólo necesitas coger un folio en blanco y un bolígrafo y sentarte a meditar durante unos minutos.
Empieza dibujando el mapa de tu evolución laboral y tu carrera hasta ahora. Puede tener cualquier forma, lo importante es que puedas establecer un orden lineal entre los diferentes puestos de trabajo y los estudios principales que hayas ido realizando hasta ahora.
Una vez hayas enumerado los puestos principales, vuelve sobre ellos en orden cronológico y valora los siguientes aspectos:
- ¿Por qué decidí tomar esta decisión? Puede ser que valoraras el salario o el estatus que te ofrecía el nuevo trabajo, la posibilidad de cambio o la posibilidad de cumplir un objetivo personal o cualquier aspecto que consideraras importante en su momento para tomar de la decisión. También puedes orientarte en los criterios principales que, según Krznaric, influencian las decisiones laborales de la mayoría de las personas. Estos son: dinero, estatus y reconocimiento social, la oportunidad de emplear tus talentos, seguir tus pasiones y el deseo de marcar una diferencia en el mundo.
- ¿Tuve influencias externas que me empujaran a tomarla? Piensa si te viste influenciado por las expectativas de tus padres o de tus conocidos, si te daba vergüenza rechazar una oportunidad que te habían ofrecido y que no te convencía demasiado o cualquier tipo de decisión que no tomaste plenamente convencido a causa de un agente externo a ti.
Una vez hayas contestado estas preguntas para cada una de los puntos con tus pasos laborales principales, vuelve a observar tu mapa de elecciones y pregúntate si existe una tendencia general.
Es decir, ¿te has dejado llevar siempre por el dinero, o por el contrario, has tendido a probar experiencias nuevas cada poco tiempo?
¿Son estos los principios que de verdad valoras en tu vida y que querrías seguir manteniendo, o piensas que hay otros valores que son más importantes para ti y que te gustarían que guiaran tu vida a partir de ahora?
Cuando yo hice el ejercicio hubo algunas cosas que me sorprendieron.
Por ejemplo, llevo mucho tiempo pensando que el dinero no es lo más importante y que es mejor tener una experiencia vital que se alinee con tus valores que vender tu alma por una nómina un poco más suculenta. Sin embargo, cuando terminé la carrera, uno de los motivos que me incitó a irme a Alemania y rechazar un trabajo en España fue precisamente las pocas expectativas salariales del momento. Por supuesto que hubo otros factores como la ilusión por conocer un país nuevo y mejorar mi alemán, pero no puedo negar que en esos momentos el factor dinero también me pesó.
Por suerte, por ahora no es uno de los factores que más valoro en la elección de una carrera o de la forma en la que quiero vivir mi vida. En los últimos años me he dado cuenta de que se puede ser muy pobre teniendo muchos lujos y que hay cosas que valoro más y que son más importantes. Descubrí que, una vez cubiertas las necesidades básicas y algún capricho que otro, más dinero no me daba más felicidad sino que me hacía sentirme atrapada y dependiente del trabajo para poder mantener un nivel de vida lleno de lujos que no necesitaba.
Por eso al hacer mi mapa de elecciones personales me sorprendió ver que no siempre había sido así y que hace unos años todavía seguía pensando que el dinero era uno de los factores más importantes para elegir un nuevo trabajo. Aunque no me arrepiento en absoluto de mis decisiones y estoy muy contenta de todo lo que he aprendido, me gustó darme cuenta de que ahora basaría mis elecciones en otro tipo de criterios. También descubrí que valoraba las nuevas experiencias y el cambio más de lo que creía y que desde los 16 años, poder cambiar y conocer un entorno nuevo ha sido uno de los criterios de mayor peso en todas mis decisiones.
Por ello te invito a que tú también hagas tu mapa de elecciones personales y medites sobre los valores que han ido marcando tus decisiones
¿Te animas a hacerlo y contarnos lo que has descubierto?
Si no te sientes muy creativo, puedes descargarte aquí una plantilla imprimible (sólo para usuarios suscritos al Blog, puedes registrarte aquí) y simplemente rellenarla.
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