En el último post escribí sobre lo importante que es tener una buena actitud en la vida, para que las cosas salgan como verdaderamente esperas y por mucho que nos quejemos, nada cambia si no decides cambiarlo tú.
También vimos que hay dos enemigos principales que nos frenan a la hora de cambiar nuestra actitud: la falta de consciencia y el miedo al fracaso.
En el post de hoy me gustaría hablar sobre lo que considero que son las bases de la proactividad y la diferencia entre las personas que saben aplicarlas y que no.
Diferencias entre una persona proactiva y reactiva
No soy producto de mis circunstancias, soy producto de mis decisiones.-Steven Covey
Estoy completamente convencida de que la vida no puede planificarse hasta el último detalle, de que en muchas ocasiones nos sorprende (para bien o para mal) y que a menudo hay que saber renunciar a la sensación de seguridad absoluta y de querer tener todo bajo control.
Pero esto no implica que haya que adoptar una actitud pasiva, sin atreverse a asumir ningún riesgo y simplemente esperando que la vida nos vaya llevando por donde quiera, sin que tengamos ninguna influencia en nuestras propias decisiones.
Saber diferenciar los momentos en los que hay que actuar a toda costa, seguir tus instintos y tomar decisiones arriesgadas y los que hay que aceptar las circunstancias es un reto al que todos nos enfrentamos de manera continua y es lo que nos diferencia entre una persona proactiva y una reactiva.
Las personas proactivas se rigen en función a una serie de valores, que ponen en práctica siempre que pueden, en cada decisión que toman. Analizan lo que verdaderamente quieren conseguir y meditan las consecuencias de sus acciones. En general saben que están luchando por algo que quieren conseguir y que tiene sentido para ellas, lo que hace que su carácter en general sea positivo y alegre y que transmita mucha fuerza.
¿Alguna vez te has sentido inspirado y con ganas de pasar a la acción tras oír a alguna persona en una conferencia o en un discurso? Seguro que esa persona tiene estas características y por eso ha sabido transmitir ese tipo de actitud.
Por el contrario, una persona reactiva siempre se ve afectada por las circunstancias que le rodean, su ambiente social y laboral, su situación familiar… No se siente fuerte para cambiar las cosas y tiene una visión negativa y pesimista de los demás.
Pensar que estás viviendo una vida que no te entusiasma, solo porque no eres capaz de cambiarlo no es demasiado alentador, ¿no crees?
Eres dueño de tu actitud
Todos hemos tenido este tipo de actitud reactiva en algún momento; momentos en los que nos sentimos pesimistas, pensamos que nada de lo que hagamos va a tener ningún resultado o que simplemente hemos nacido sin suerte.
Pero tener un momento de bajón no implica tener que hacer de esta actitud nuestra bandera y dejar que sea el patrón de nuestras vidas.
Puedes elegir y cambiar la actitud con la que te enfrentas antes las situaciones de la vida y hacer que estos «momentos de bajón» sean cada vez más esporádicos y aislados.
Por ejemplo imagina que estás descontento con tu trabajo y que quieres mejorar tu situación actual. ¿Qué tipo de actitud crees que es más probable que acabaras tomando de las siguientes?:
Situación | Persona proactiva | Persona reactiva |
Descontento en el trabajo con el tipo de actividades que tienes que hacer | – Intenta proponer nuevas formas de mejorar sus tareas – Tiene propia iniciativa de otras tareas aunque no le hayan sido asignadas – Habla con jefes y compañeros sobre cómo mejorar situaciones – Si nada funciona, busca otro trabajo |
– Se queja a menudo de las tareas que tiene que hacer pero no propone formas de mejora; – Critica a los demás trabajadores y a los jefes creando mal ambiente pero no hace nada por cambiarlo. |
Quieres cambiar de trabajo, pero la empresa que te gusta ignora tu curriculum | – No se lo toma como personal, piensa que habrá cientos de personas aplicando y que recursos humanos ni habrá leído su email – Intenta buscar personas en linkedin que trabajen en esa empresa y que le hablen del puesto y de lo que la empresa necesita – Se apunta a la próxima conferencia a la que la empresa vaya e intenta hacer contactos – Está pendiente durante varios meses de las vacantes de la empresa – Manda su curriculum de forma espontánea, buscando el contacto adecuado |
– Se lo toma como algo personal y piensa que probablemente no vale para esa empresa o que su curriculum no es tan bueno como debería – Sigue mandando el mismo curriculum día tras día – Se acaba rindiendo y busca otras empresas donde su curriculum sea más valorado |
¿Te has visto reflejado en alguna de estas situaciones?
Y no sólo es necesario tener una buena actitud para aspectos claves de la vida, como trabajo, familia o tu proyecto de vida.
Ser una persona proactiva tiene ventajas en cualquier situación cotidiana de nuestra vida.
Por ejemplo yo llevo más de dos años sabiendo que estoy pagando mucho más que todos mis amigos en el seguro de mi coche, pero por pereza hasta esta mañana no me he decidido a llamar para cambiarlo.
Y nada más llamar y preguntar, me han ofrecido un descuento de cien euro, porque resulta que había salido una póliza diferente y habían cambiado las tarifas. Cinco minutos que me han ahorrado cien euros al año.
Las bases de la proactividad
Hay algunos factores que pueden ayudarte a cambiar tu actitud, a volver a entusiasmarte por lo haces y a sentirte que eres capaz de todo lo que te propongas. Son muy sencillos y seguro que en algún momento te has parado a pensar en ellos, pero esto no implica que los hayas aplicado.
Y pasar de la teoría a la acción, marca toda la diferencia.
¿Quieres saber cuáles son?
1 – Analiza el tipo de actitud que predomina en tu vida por el momento
¿Te consideras una persona con iniciativa?
¿Crees que normalmente eres de los que esperan a que las cosas buenas le pasen?
Es importante que conozcas bien qué tipo de actitud tienes ahora mismo y qué esperas de la vida
2 – Ten claros tus objetivos
O al menos márcate objetivos a medio y largo plazo, aunque aún no estén 100% claros.
El tiempo dirá si eran buenos o malos, si tienes que ser más ambicioso o si fuiste demasiado optimista. Lo importante es que exista algo que te motive, algo que te entusiasme y que exija que te pongas en marcha.
Es muy difícil ser una persona proactiva si solo te sientas en el sofá a ver la tele y a esperar que la vida pase de largo, sin tener el valor de siquiera atreverte a soñar.
3 – Entrena tu seguridad en ti mismo y tu autoestima
No se puede ser proactivo, si cada idea que se nos ocurre pensamos que es mala o que no seremos capaces de hacerla realidad. Necesitas tener confianza en ti mismo, en que tus decisiones son las adecuadas y si te equivocas aprenderás para la próxima vez.
Nada es permanente (menos la muerte, claro, y ni de eso estamos tan seguros)
4 – Crea hábitos y rutinas que te ayuden a conseguir lo que quieres
No basta con tener la convicción de que algo saldrá bien, necesitas también poner en marcha todos los mecanismos necesarios para que esto ocurra.
Esto es literalmente imposible sino intentas establecer hábitos o rutinas que te ayuden. Prácticamente nada que merezca la pena puede hacerse si solo le dedicas horas sueltas, en los días que tengas tiempo y te venga bien.
No sé si a ti te pasa lo mismo, pero a mí me cuesta muchísimo empezar algo nuevo. Aunque la idea me entusiasme, si sé que va a ser una tarea en la que voy a tener que invertir muchas horas, nunca veo el momento de empezar a trabajar en ella. O empiezo y a los pocos minutos me acabo distrayendo con cualquier otra cosa.
Normalmente me ocurre esto durante un par de días, hasta que el tercero me digo: ¡Venga Estela, empieza de una vez! Y lo que ocurre después, es que una vez que empiezo le voy cogiendo el ritmo y cada día me cuesta menos ponerme con a trabajar en ello. Hasta que al tercer o cuarto día acabo dedicándole tres o cuatro horas seguidas sin darme ni cuenta.
Por eso es importante que una vez que decidas lo que quieres alcanzar, pases a crear los hábitos necesarios que lo harán posible.
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Ahora es tu turno… ¿te has dado cuenta de que podrías mejorar tus resultados, con solo cambiar tu actitud?
Me ha gustado mucho… muy interesante tu blog. ¡Enhorabuena por la iniciativa y muchas gracias por tus palabras!
Siempre se puede mejorar.siempre se puede aprender y avanzar así que la respuesta a tu última pregunta es si,se pueden mejorar muchas cosas 🙂
Cuando tengo mi mente conectada en mi presente y agradecida de todo lo que tengo puedo ver con esperanza mi futuro, en ese momento puedo cambiar hábitos y generar cambios en mi vida.
grasias por el texto nos recuerda k tan baliosos somos y k debemos hacer para tomar hacion y mejorar nuestra calidad de vida