La semana pasada escribí sobre cómo decidí plantear mi fase exploratoria para lograr un cambio radical y darle un giro de 180 grados a mi vida profesional y sobre los fantasmas que me persiguieron durante este tiempo. Si te lo perdiste, puedes leer esta primera parte aquí.
Esta semana le toca el turno a las experiencias positivas que me han dejado estos meses y a los aspectos más inspiradores y motivantes que te ayudan a superar los momentos de incertidumbre.

Las recompensas de perseguir tus sueños
Arriesgarse a tomarse unos meses libres del trabajo para perseguir tus sueños puede sonar una locura (y probablemente lo sea), pero como dijo Pablo Neruda: «hay un cierto placer en la locura, que sólo el loco conoce».
Las eternas dudas, la soledad y la auto-exigencia siempre tratarán de que vuelvas a «poner los pies en la tierra», de frenarte en tu camino y convencerte de que debes volver a tu zona de confort.
Sin embargo, una vez que se aprende a convivir con los miedos sin hacerles demasiado caso y a poner toda tu energía en explorar los caminos que despiertan tu curiosidad; una vez que decides perseguir las cosas que verdaderamente te gustan y vivir en primera persona experiencias nuevas que antes sólo imaginabas, es probable que acabes llegando a buen puerto y que tu salto de fe se vea recompensado.
Normalmente al otro lado del precipicio suele encontrarse justo lo que se desea alcanzar, sólo que desde nuestro lado no somos capaces de verlo.
En mi caso, las experiencias y las actividades que han llenado estos meses y que me han ayudado a cumplir los objetivos que me propuse a principios de año; mis «cazafantasmas» particulares que han conseguido ahuyentar las dudas y mantenerme en positivo, pueden resumirse en los siguientes:
Viajar mucho y por sitios muy diferentes
A menudo he leído en las biografías de personajes célebres, que fue precisamente durante un viaje a alguna parte del mundo desconocida, cuando encontraron su vocación o la inspiración que necesitaban para seguir avanzando en su camino personal.
Así que uno de los primeros objetivos de mi lista, ahora que iba a tener tiempo y que había conseguido ahorrar un poco, fue aprovechar para viajar mucho, de muchas formas diferentes y a destinos completamente contrapuestos.
Entre otros, en los últimos meses he estado en un congreso mundial sobre ciudades sostenibles en Seúl y posteriormente descubriendo Corea del Sur en un viaje en solitario, he estado conociendo el sudeste asiático como mochilera en Tailandia y Camboya, he vuelto de golpe al mundo consumista entre los rascacielos de Nueva York, he recorrido la costa este de Australia en un monovolumen convertido en casa móvil, he visitado varias ciudades de España y he disfrutado del tiempo con mi familia y con mis amigos, a los que tenía un poco abandonados después de tantos años de trabajo sin tregua en Alemania.
Haber visto tantas culturas diferentes y desde tantos puntos de vista durante este año ha hecho que se amplíen mis horizontes y que conozca historias y personas extraordinarias, que nunca olvidaré.
Crear una plataforma propia
Tener una plataforma propia en internet donde poder escribir y ayudar a otras personas era algo que llevaba mucho tiempo queriendo hacer, pero que no sabía cómo abordar.
Pensé miles de ideas para posibles Blogs y aún incluso cuando ya tenía la idea decidida y varios artículos escritos, estuve a punto de abortar y no hacerlo público, por lo mucho que intimida decidirse abrir tu alma a los demás de este modo.
Pero al final, conseguí perseverar y el 1 de Junio nació este Blog y desde entonces estoy muy contenta con los resultados. No sólo he podido compartir mi experiencia y ayudar a personas que se encuentran en situaciones parecidas, con ganas de cambiar de rumbo y buscar un camino que les llene, sino que también me ha servido para aprender muchísimo sobre internet y blogging, WordPress, redes sociales y marketing, publicaciones, emprendimiento y muchas otras facetas del mundo online, lo que me ha dado una perspectiva importante sobre posibilidades que hasta ahora ni sabía que existían.
Mejorar mi escritura e intentar inspirar
Llevo aficionada a la escritura desde que a los once años me regalaron un diario y decidí empezar a escribir en él.
Sin embargo, desde que empecé a estudiar en la universidad y durante los últimos años de trabajo, me respaldé en la falta de tiempo y de inspiración para acabar semi-abandonando este hobby.
De algún modo me había convencido de que era todo o nada, de que si no iba a dedicarme a escribir a tiempo completo entonces no merecía la pena.
Durante estos meses, he recordado lo que me gusta escribir y lo gratificante que resulta cuando alguien te contacta para decirte lo mucho que se ha identificado o lo que le ha ayudado tu artículo. Recuperar este hobby, ha sido como si encontrara una parte de mi vocación que se encontraba en standby y que espero poder seguir mejorando en los próximos años.
Además de en Llenatuvida, también colaboro en otras plataformas como Genblog.
Formarme en los temas que me interesan, sin tener que sacrificar años
Antes de empezar mi fase exploratoria, me había planteado en varias ocasiones hacer un máster y darle así una vuelta de tuerca a mi carrera desde el punto de vista «tradicional».
Sin embargo, tras mucho mirar programas diferentes, ninguno acabó por convencerme. Mi mayor miedo era decidir invertir dinero y uno o dos años en especializarme en algo de lo que no estaba del todo segura, para acabar descubriendo en algún momento que no era precisamente lo que buscaba y que había desperdiciado el tiempo.
Así que durante este tiempo he aprovechado para hacer un “máster” a mi medida, leyendo muchos libros sobre diferentes temas que me interesaban y haciendo muchos cursos online y algunos presenciales.
Lo mejor de formarte por tu cuenta y crearte tu propio programa, es que la motivación siempre permanece alta y es fácil dejarse llevar de un tema a otro sin que surja el aburrimiento y las ganas de abandonar.
Para que veas lo variado de mi formación, empecé haciendo un curso online que me ayudara a centrar mis ideas para lanzar el Blog y me introdujera en el mundo del emprendimiento online y justo después decidí atender a un congreso en Seúl sobre ciudades sostenibles, que me permitiera viajar y formarme (y así conseguir dos objetivos en uno). Éstas fueron algunas de mis primeras decisiones más espontáneas y de las que más contenta estoy.
Además de estos temas, también he leído mucho sobre economía y finanzas, marketing y emprendimiento.
Es cierto que esta formación propia es más difícil de “vender” a un empleador, que un máster oficial. Pero siendo realistas, hoy en día un máster oficial tampoco te garantiza que vayas a poder encontrar un trabajo en el área que te gusta (suponiendo que sepas qué es lo que quieres hacer, antes de hacer un máster porque sí)
Así que decidí que a menos que un programa de master no me llamara la atención de forma particular, iba a olvidarme de la idea y a dedicarme a experimentar otras posibilidades, lo cual me ha acabado dando muy buenos resultados.
Hacer muchas cosas sin que el miedo al fracaso me paralice
Una de las lecciones más importantes que he aprendido estos meses es a superar en cierto modo el miedo al fracaso y a lo que piensen los demás.
Desde superar la vergüenza a hacerme fotos con el palo-selfie y regatear el precio de diversos alojamientos (y asumir que muchas personas me contestaran que me fuera a otra parte), a escribirle emails a instituciones para proponerles proyectos propios o contactar a personas en puestos que me interesaban por linkedin.
Hace unos meses todas estas acciones, por vergüenza o miedo al qué dirán, se habrían quedado en el cajón de las cosas pendientes, pero ahora siento que he recuperado mi ingenuidad y he liberado el miedo a que mi ego se vea dañado con tonterías como lo que completos desconocidos piensen de mí. ¡Ha sido una revelación!
Coger una rutina de hacer deporte y de meditar
Ya sabes lo que dicen, mens sana in corpore sano. A principios de año me propuse meditar y hacer deporte al menos tres veces por semana. Puede parecer un propósito fácil, pero yo llevo años intentándolo y sin conseguir ser constante.
Por fin, estos últimos meses lo he conseguido y me siento mejor que nunca. ¡Otro objetivo superado!
Resumiendo …
En estos meses he disfrutado de una libertad espectacular y he podido vivir en primera persona muchas experiencias diferentes y enriquecedoras, que me han animado a dar pasos que hace años no habría creído posibles.
Haber dedicado tiempo antes de empezar a hacer mi proyecto de vida y a fijar los objetivos que quiero alcanzar ha sido de gran ayuda.
Mirándolo con perspectiva, he aprendido que una vez has fijado los objetivos que te ayudarán a perseguir tus sueños, es importante tener paciencia y no rendirse. Y tener paciencia es una virtud que escasea hoy en día (créeme, lo sé de primera mano). Aunque día a día parezca que no avanzas, si eres perseverante es muy probable que empieces a ver resultados a medio/largo plazo.
Como no quería perderme en el dulce no hacer nada y perder de vista mis propósitos, a principios de mes, siempre me tomaba un día para revisar en qué situación me encontraba; si mis intereses seguían siendo los mismos o si había nuevos puntos que añadir. Y aunque no todas las decisiones que he tomado en los últimos meses hayan sido coherentes al 100% con los objetivos que me propuse, ni haya sido todo lo eficiente que se puede ser ni tener toda la disciplina que podría haber tenido, me resulta curioso ver que he podido cumplir la mayoría de los puntos que escribí en mi proyecto a principios de año.
He conseguido dar un giro a mi carrera y cambiar de trabajo a una rama completamente distinta que antes sólo habría imaginado, viajar y abrir mi mente a nuevas ideas y puntos vista, dedicarme a hacer mis hobbys hasta aburrirme y crear nuevos hobbys y, en general, volver a sentirme que estoy andando en el camino correcto.
Algunos, a raíz del post anterior, me habéis preguntado si volvería a hacerlo.
La respuesta es que probablemente sí, aunque no inmediatamente. Conocer de antemano lo que te espera hace que la inseguridad, el peor de todos los miedos, pierda parte de su fuerza, lo que ayuda a mejorar las perspectivas.
Sin embargo confieso que antes de lanzarme de nuevo a la aventura, intentaría tomar precauciones que pudieran amortiguar la posible caída. Aunque quien sabe, quizá entonces no funcionara. Creo que a veces uno necesita sentir el miedo ante el vacío y ante la posibilidad de acabar estrellándose contra el suelo para poner a nuestra parte racional y a nuestro subconsciente a trabajar a toda máquina y que las mejores ideas aparezcan.
¿Y tú, te animas a contarnos tu experiencia?
De dónde has sacado la fuerza para sostener la desesperanza que te iba cogiendo en este último tiempo?
Me recuerdas a una hermosa Cariátide griega.
Siempre hay que mantenerse en positivo, sobre todo porque se trata de una montaña rusa emocional y unas veces se está muy motivado y otras no tanto 😉
La voluntad de hacer nos interpela: “con qué vida llenaremos los pocos y breves días que nos han sido dados”
Las personas suele vivir y estar en su tiempo, las vulgares mucho más. Marcando la diferencia está aquella que pese a ella misma no puede ser de otra forma y será voz,. esa voz poderosa que se desmarca del momento. que la rodea.