Si hay una experiencia que creo que nunca olvidaré, de todas las que he vivido estos últimos años, fue mi viaje a Tailandia y Camboya como mochilera.
Ocurrió en un momento clave de mi vida.
Llevaba meses descontenta con mi trabajo y queriendo buscar una alternativa que me identificara más y me ayudara a sentirme más realizada, pero siempre que encontraba un puesto vacante en alguna empresa, después de preparar mi curriculum y mi carta de presentación, me daba cuenta de que en realidad no me veía haciendo ese trabajo en el futuro y acababa completamente paralizada sin atreverme a enviarlo.
Entré en un bucle negativo; me sentía bloqueada y perdida y no tenía ni idea de qué podía hacer que me ayudara a aclarar mis ideas y salir de ese bucle.
Un día, leyendo varios blogs por internet, llegué a un libro que parecía prometer una solución a todos mis problemas. Su título era Cómo encontrar un trabajo que te llene.
Empecé a leerlo y me sentí muy identificada con las historias que el autor había reunido. Pero el libro no sólo relataba anécdotas de otras personas, sino que también invitaba a la acción, mediante una serie de preguntas concretas para reflexionar.
Aunque el libro me estaba ayudando y quería dedicar un tiempo a responder las preguntas, pasaron varias semanas y no encontré el momento. Lo intenté en un par de ocasiones, pero por algún motivo u otro, no conseguí concentrarme lo suficiente.
Así que semanas después, mientras preparaba mi mochila para viajar al sudeste asiático, vi el libro encima de la mesita de noche y decidí echarlo junto con un cuaderno para escribir, por si acaso.
«No viajamos para escaparnos de la vida, sino para que la vida no se nos escape»
El viaje a Tailandia y Camboya fue, simplemente, perfecto. Durante las casi tres semanas que estuve recorriendo ambos países, disfruté cada lugar y cada experiencia, como hacía tiempo que no recordaba.
Desconecté de todo el estrés que me suponía pensar en cambiar de trabajo y me dediqué a intentar entender una cultura completamente diferente a la que conocía hasta ahora.
Yo trabajaba en una consultoría y solía viajar mucho y trabajar en proyectos internacionales, donde los choques culturales estaban garantizados, pero casi siempre había sido por Europa y todo se regía por los mismos principios básicos. Pero en el sudeste asiático, todo era muy diferente a lo que conocía hasta ahora.
Después de dos semanas de visitar ciudades y templos y hacer rutas de senderismo o bicicleta por la naturaleza, la última semana estaba reservada para pasar unos días descansando de todo el viaje en las maravillosas playas de Tailandia.
Y al llegar y deshacer la mochila, volví a ver el libro y el cuaderno que había ido empujando hacia el fondo durante el viaje y sentí que era hora de darle una nueva oportunidad. Y esta vez, no me equivoqué.
Alejada de todas las fuentes que me producían estrés y tumbada en una playa de Koh Lanta, la inspiración empezó a surgir por arte de magia y empecé a pensar con una claridad que hacía meses que no tenía.
Cuando terminé todas las preguntas que se planteaban en el libro, seguí explorando en internet y descubrí otros libros, blogs y otras herramientas que podían ayudarme a profundizar aún más.
Y aunque aún tardé unos meses en encontrar una solución concreta a mi problema, durante el viaje se produjo un cambio muy importante en mí: volví a recuperar la ilusión y la esperanza, de que encontraría el camino correcto.
¿Por qué te cuento todo esto?
En el sudeste asiático aprendí que es imposible encontrar soluciones nuevas, si sigues metido en rutinas antiguas.
Se necesitan estímulos que te saquen de tu forma habitual de pensar y de ver las cosas, que te permitan desconectar y te inspiren, para que puedas darte cuenta de nuevas ideas y posibles caminos que hasta ahora estaban difusos.
Cuando empecé Llena tu vida, un par de amigas que estaban en una situación parecida, me preguntaron qué recursos había usado para salir de mi bloqueo. Y les recomendé usarlos en sus próximas vacaciones, para no repetir los errores que había cometido yo.
Las dos disfrutaron de la experiencia y volvieron con las ideas más claras y habiendo dado el primer paso para romper sus respectivos bloqueos.
Esto confirmó mi idea de que un viaje puede cambiarte la vida. Literalmente
Así que empecé a recomendarle a todo el mundo, que si verdaderamente buscaban encontrar soluciones nuevas a problemas antiguos, tenían que atreverse a salir de su zona de confort y romper con sus rutinas antiguas. Y una forma era atreviéndose a visitar un destino, que no tuviera nada que ver con su cultura y forma de ver la vida.
Sin embargo, estos últimos meses, me he dado cuenta de que no todo el mundo tiene el valor para lanzarse sin paracaídas a la aventura y comprarse un billete a un país nuevo sin conocer el idioma, la cultura, la forma de vida…
Yo misma antes de emprender mi viaje, estaba asustada de qué me encontraría. Tanto, que me leí cientos de foros, de opiniones, memoricé rutas, subrayé consejos de la Lonely planet… hasta que cuando llegué a Tailandia había invertido tantas horas en informarme, que casi tenía la sensación de haber estado antes allí.
Y aunque te guste viajar, puede que no te guste arriesgar demasiado o no tengas el tiempo, las ganas o la paciencia necesaria para dedicar tantas horas de tu tiempo libre a planificar con detalle tu viaje.
Un día cenando con mi amiga Flavia, que es una de las viajeras más lanzadas que conozco y que escribe desde hace varios años en su blog Flaviaaroundtheworld, hablamos de cómo podríamos, desde nuestra experiencia, ayudar a las personas a perder su miedo a lanzarse a lo desconocido y salir de su zona de confort.
Y el resultado de esa conversación, y de los meses de trabajo que han seguido desde entonces, te lo quiero presentar hoy.
Pensamos en una solución concreta a este problema y la hemos llamado Paso a Paso. Con Paso a Paso, ayudamos a las personas que están un poco bloqueadas y que no se atreven del todo a lanzarse, a salir de su rutina, desconectar y romper con todo lo que les bloquea . Para ello les damos todas las herramientas que necesitan para que salgan de su zona de confort, se aventuren a hacer un viaje diferente al que suelen hacer cada año por vacaciones y disfruten de la aventura mientas aclaran sus ideas.
¿Tienes curiosidad por saber cómo funciona? Pues te invito a que conozcas más sobre ella pinchando en este link.
Estamos muy contentas con el resultado y estoy convencida de que puede ayudarte a que des el paso que necesitas, para que salgas de tu bloqueo y empieces a vivir una vida que te llene.
Si te interesa saber más sobre el tema puedes recibir más información sin ningún compromiso dejándonos tus datos aquí:
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¿A qué esperas para lanzarte a la aventura?
Pues si,un viaje siempre ayuda a cambiar de aires,desconectar por unos días de la rutina y a reflexionar un poco,siempre viene bien pegarse un capricho 🙂
Exacto, y no solo por el capricho sino porque es lo que verdad te ayuda a desconectar 😉