¿Tienes dudas sobre tu trabajo?
Algunas personas parece que vinieron al mundo con una vocación tan clara, que resulta imposible pensar que se lleguen a dedicar a otra cosa.
¿Nunca has tenido una amiga a la que desde siempre se le han dado bien los niños y que ha terminado siendo profesora en un colegio infantil? ¿O el amigo que disfruta jugando a juegos de ordenador desde que tienes memoria y que un día decide convertirse en programador informático? Sin contar los casos de personas que tienen un talento excepcional, ya sea para la música, para un deporte en particular o para un hobby concreto y que deciden orientar sus carreras profesionales en esa dirección.
Para algunas personas es muy sencillo elegir a qué quieren dedicar su vida, porque tienen unas habilidades que sobresalen por encima de las demás y que inclinan la balanza hacia una identidad profesional concreta.
Para otras, como es mi caso y posiblemente el tuyo, las habilidades se reparten más homogéneamente, de forma que resulta difícil tomar una decisión sobre tu futuro profesional. Es la principal diferencia entre los especialistas y los generalistas, sobre la que ya escribí hace unos meses un artículo.
Es probable que las personas del ejemplo anterior acaben siendo grandes especialistas, porque sus habilidades y su vocación les impulsa a seguir desarrollándose cada vez más en un campo muy específico y concreto.
Si por el contrario te has identificado como una persona con tendencia generalista, es muy posible que en algún momento de tu vida dudes sobre tu identidad profesional y te veas confrontado con decisiones sobre qué hacer y cómo elegir un camino que se alinee con todos tus intereses y tus habilidades.
Aunque a priori pueda parecer que tener un perfil generalista tiene más ventajas, porque te convierte en una persona más flexible y te ofrece más posibilidades para tomar diferentes elecciones, lo cierto es que no tener una vocación clara suele ser un motivo de bloqueo, que paraliza a las personas y no les deja tomar las decisiones adecuadas.
La falta de fe en un camino concreto, el miedo a fracasar de nuevo con la próxima decisión laboral y otros muchos factores se unen en un sinfín de pensamientos negativos sobre tu identidad profesional que acaban y convenciéndote de que es mejor no salir de tu zona de confort a explorar otras posibles soluciones, porque más vale bueno conocido, que malo por conocer.
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Después de pasar un tiempo sin saber qué hacer ni cómo volver a encaminar mi vida de forma que tuviera sentido y tras leer muchos libros y artículos, tras escribir y meditar, me enfrenté a un problema que en los últimos años nunca habría pensado posible: empecé a tener demasiadas ideas.
Mi brainstorming había dado resultado, pero quizá el resultado había sido demasiado bueno.
Habría sido mucho más fácil si se me hubiera ocurrido una sola idea que perseguir y que llevar hasta el final, pero no fue así. Tenía decenas de ideas y no sabía cómo priorizarlas.
Durante un tiempo me dediqué a llevar una lista de ideas. Todas me parecían grandes ideas, pero era evidente que no podía ponerlas en práctica todas a la vez, porque no tenía el tiempo ni la energía necesarios.
Tener tantas ideas me produjo un efecto de bloqueo parecido al que había experimentado cuando no sabía qué hacer. ¿Cuál debía elegir? ¿Qué camino debería empezar a recorrer?
Me vi de repente como el caballero de la armadura oxidada, siempre listo para la batalla, con la armadura preparada y reluciente, pero sin decidirse en cuál de las muchas guerras debería luchar.
Tu identidad profesional: todos los yo luchando dentro de ti
Todos sabemos que tomar una decisión conlleva una renuncia. El problema que ocurre a menudo, es que no tenemos claras nuestras prioridades y no somos capaces de valorar de forma concluyente, si una opción acabaré siendo mejor que las demás.
Sin embargo, como no es posible tener una certeza absoluta sobre el resultado de nuestras elecciones, tras reflexionar y descartar las opciones claramente menos ventajosas, lo más importante es acogerse a la regla básica de la productividad: tomar muchas decisiones.
En cualquier momento de decisión lo mejor es hacer lo correcto, luego lo incorrecto, y lo peor es no hacer nada (Theodore Roosevelt)
Tomar una decisión, aún sin la certeza absoluta de que sea la mejor de todas las posibles, tiene un efecto muy positivo sobre nuestra autoestima y nuestra capacidad para evaluar y priorizar. Sólo las personas que han tomado muchas decisiones en sus vidas, a base de acertar y equivocarse, desarrollan la sensibilidad necesaria para saber distinguir entre buenas y malas ideas y priorizar las mejores opciones en cada momento.
En nuestra situación laboral, ocurre algo parecido.
Aunque todos tenemos unas ciertas aptitudes y pasiones determinadas, a no ser que una habilidad particular sobresalga de manera extraordinaria por encima de las demás, existen diferentes tipos de trabajos que podrían entusiasmarnos y que se nos podrían acabar dando bien.
En su libro Working Identity: Unconventional Strategies for Reinventing Your Career (Identidad profesional: estrategias poco convencionales para reinventar tu carrera), la profesora de Harvard e Insead Herminia Ibarra, hace una reflexión sobre las distintas posibilidades que existen a la hora de perseguir una carrera que nos identifique. Ibarra afirma que para cada persona, al contrario de lo que estamos acostumbrados a oír, no existe un único trabajo ideal, sino que existen distintas posibilidades que puedan llegar a entusiasmarle y para las que dispone de las aptitudes necesarias. Es lo que define como las diferentes identidades profesionales que habitan en nosotros.
La identidad profesional, distinta a la vocación, es una combinación de tus talentos y de tus intereses, que te predispone para ciertos tipos de trabajo en particular. Como durante toda nuestra vida seguimos adquiriendo nuevas habilidades y nuevos intereses, la identidad profesional no es una propiedad innata sino que puede ir variando con el tiempo.
Si después de un tiempo de bloqueo, tú también te decides a hacer ejercicios para descubrir tu vocación y acabas teniendo muchas ideas contrapuestas, es posible que hayas identificado rasgos de algunas identidades profesionales distintas.
Dedicarle tiempo a delimitar estas identidades laborales es importante precisamente porque no podrás poner práctica todas las ideas a la vez; necesitarás establecer prioridades y elaborar un plan de acción.
Para ello, haz una lista con todas tus ideas e identifica a qué identidad laboral corresponde cada una de ellas.
Por ejemplo, si tras reflexionar durante algún tiempo se te ocurren las siguientes opciones:
- Escribir un libro de ciencia ficción
- Usar tu creatividad diseñar productos y montar una tienda online
- Trabajar en una organización de carácter social ayudando a refugiados en su integración
- Conseguir un trabajo parecido al que tienes pero en otra empresa que pueda orientarlo de otra manera (clientes diferentes, filosofía de empresa distinta, etc.)
- Dedicar unos meses para formarte y cambiar a una rama completamente distinta a la tuya
Es evidente que no vas a poder hacer todo esto a la vez y que vas a tener que tomar una decisión.
Si has hecho el ejercicio en profundidad y puedes imaginarte perfectamente trabajando en cada una de estas opciones, deberías pasar a hacerte la siguiente pregunta: ¿cuál de estas opciones está más alineada con el tipo de vida que me gustaría tener ahora mismo?
Si lo que más valoras después de hacer un trabajo que te llene, es tener suficiente independencia para tomar decisiones, seguir siendo empleado puede que nunca llegue a aportarte esa independencia. Sin embargo, decidir montar tu propia tienda online sí va a cumplir esa característica y te permitirá tener más libertad. Por el contrario, si lo siguiente que más valoras es un buen salario que te permita darte algunos caprichos y te garantice una cierta estabilidad, es probable que ninguna de las primeras opciones te lo permita, sobre todo durante los primeros meses.
Conclusión
Si eres una persona con aptitudes y habilidades muy variadas y con muchas inquietudes, es posible que a lo largo de tu vida te sientas perdido, frustrado o bloqueado y que pienses que nunca acabarás encontrando el trabajo de tus sueños. Sin embargo, recuerda que no existe un único trabajo ideal para ti esperando a ser descubierto, sino que hay varias posibilidades para que seas feliz y disfrutes con lo que haces. Sólo necesitas salir ahí fuera y encontrarlas.
Y si ya has identificado varias de tus identidades profesionales, ¡no te pierdas el artículo de la semana que viene! En él veremos las diferentes formas que existen para ponerlas en práctica.
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¿Y tú, te has sentido alguna vez abrumado por muchas – y muy diversas – opciones? ¡Espero tu respuesta en los comentarios!
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